El encargo consistió en la reforma integral de un apartamento en el centro de la ciudad, pensado para una señora que buscaba comodidad, accesibilidad y cercanía a sus actividades cotidianas. La vivienda presentaba una distribución rígida y condiciones de iluminación y ventilación reducidas, por lo que uno de los principales objetivos fue optimizar el ingreso de luz natural y renovar completamente las instalaciones.

Se demolió un muro para integrar la cocina al estar-comedor, logrando un espacio más amplio, funcional y luminoso. La cocina se diseñó especialmente a medida de la propietaria, tanto en altura como en disposición, garantizando su comodidad y autonomía. La reforma incluyó también la ejecución de toda la instalación eléctrica, sanitaria y de abastecimiento de agua a nuevo.

Se reconfiguraron dos baños, adaptando uno de ellos para ser completamente accesible. En cuanto a terminaciones, se renovaron todos los revestimientos, revoques y pintura general del apartamento, alcanzando un acabado prolijo y duradero. El proyecto incorporó múltiples soluciones de almacenamiento, clave para las necesidades de la propietaria, y se cuidó especialmente la calidad espacial y la calidez del ambiente.