Reforma integral de una vivienda de 1941, con fuerte valor patrimonial y en mal estado de conservación. El principal desafío fue equilibrar las necesidades de intervención con un presupuesto acotado. Se priorizó la reparación de instalaciones sanitarias, solución de diversas humedades (cimientos, muros y azotea) y restauración de baños y cocina, manteniendo la esencia del estilo moderno original.

Se valorizaron pavimentos calcáreos y se restauró la claraboya cenital del patio central, pieza clave de la casa. El programa incluye 4 dormitorios, living, comedor, cocina independiente, 2 baños y un altillo que se convirtió en oficina. También se trabajó sobre las fachadas y la impermeabilización de azoteas, respetando la identidad de la vivienda.